domingo, 7 de septiembre de 2008

Masa (I)

Por fin. Ya lo dejé. La necesidad de un cigarro será solamente cuando la escena lo exija, para cuidar mi salud y la voz. El rayo pulverizador de nuestra maestra de Expresión Oral es ya innecesario. Ahora: a entrenar. A correr.

Una semana. Hace una semana. No lo hubiera hecho como lo hice de no ser por la masa (mancha, gettho, tribu) a mi alrededor. Diez kilómetros.Hay algo que de colectivo podemos hacer que de individuales no: Darnos ánimo entre nosotros mientras lo hacemos. Aun con solo sonreir y estar
allí. Solo estar. A diferencia de las asociaciones por miedo o conveniencia, las cosas hechas en conjunto por algo noble o alguien que vale la pena, no tienen excusas para no hacerse con ganas: nunca llegamos a encontrarlas. Cuando veo a los niños con ganas de jugar, no nos avisan para jugar. No hacen la finta que van a jugar. No ponen peros, si entre todos hay ganas de divertirse con ello. Juegan hasta cansarse... y más.

La multitud de padres de familia viendo actuar a sus hijos en una actividad escolar, es muy diferente. "Mi hijo salió muy bien. El tuyo se equivocó en esto". "El acto no salió ganador porque tu compañerita no lo hizo bien". Deberían tomarlo como lo toman sus hijos cuando comenzaron: Al juego. Hacer infelices a otros seres humanos con la presión de competir contra el otro es algo conductual que compete solamente a nuestra cultura. ¿Erradicable? Nada fácil. ¿Ah, no? ¿Que
por qué no pongo cosas en este blog enfocadas en competir contra otros blogs que llaman más la atención?

Porque no estoy compitiendo contra nadie.

Hay una consigna que los organizadores de THE HUMAN RACE 10K de Nike Perú del domingo pasado dieron a la gente y nadie hizo suyo: "Estamos compitiendo contra el pais tal, y tal, etc". Lo que yo percibí el día de la carrera fué: "...estamos corriendo con...", "...estoy corriendo por mi salud...", "...estoy corriendo haciendo mancha con mis amigos de la universidad", y otras razones mucho más valederas que nos recuerdan cuando las cosas resultan como quisiéramos siempre; cohesionados, juntos. Un equipo. ¿Alguien dijo carrera contra alguien? Já. Perú Runners los desautorizó con justicia: "Corran con su propio ritmo... Estamos corriendo junto con otras 20 cuidades..."

Volviendo al teatro, Buenaventura tenía razón. La Creación Colectiva existe desde mucho antes de la movida teatral latinoamericana de la década de 1970. El Teatro es colectivo o no funciona como quisiéramos siempre. Pero, tu me dirás: ¿Y los unipersonales?

Hace poco Edgard Guillén se presentó la semana pasada en nuestro teatrín de la ENSAD (Amigos de El Comercio; no fué en el Teatro La Cabaña, que es el que está a unos metros). El unipersonal Ricardo III, de Shakespeare, es fascinante también en la medida en que se juega con el público. El actor utilizado por el personaje, es decir, Edgard, prestaba su cuerpo para dejar que Ricardo, se encuentre con el público e intime con él. El colectivo tomó fuerza desde que actor y público mandan a la mismísima a la "cuarta pared".

Un auto consume en una hora el oxígeno que tú y yo consuminos en un año. Correr, pedalear o tomar combi, por último, es menos contaminante. Ergo: si dejáramos de sacar el carrito menos seguido y tomamos el colectivo para salir, algo nos saldría también mejor. Porque yo también tengo pensado tener hijos. ¿Tu no?

¿Para qué corro? Para saber llegar.